Hace tiempo que no
escribo por aquí y tengo pendiente hablar de algunos juegos de mesa
que han entrado en casa. Voy a empezar por este, por seguir un poco
de orden.
Patchwork
En una entrada anterior os hablé de Agricola, un gran juego creado por el autor alemán Uwe
Rosemberg. Pues bien, de este mismo autor es el juego del que voy a
hablaros hoy: Patchwork. Si bien el primero es uno de esos juegos
“tochos” (los hay más, evidentemente), con montones de
componentes, mecánicas y complejidad, este segundo puede casi (o sin
el casi) entrar en la categoría de los denominados fillers: juegos
sencillos que se despliegan en un plis plas, se explican fácilmente,
y cuyas partidas no duran mucho. Patchwork cumple todas estas
condiciones, pero para nada quiere esto decir que sea un juego
simplón o menor. No, es un juego sencillo pero que encierra una
buena carga estratégica y, aunque se puede jugar de forma ligera, si
se quiere tomar en serio, puede ser también un buen
calienta-neuronas.
Con un diseño
francamente bonito, obra de Klemens Franz (el mismo de Agricola y OhMy Goods,
aunque aquí es más difícil identificar su controvertido estilo),
este juego para dos jugadores está publicado en España por MalditoGames a un precio de lo más atractivo (en torno a los 18€).
¿De qué va?
Básicamente es un juego abstracto, aunque el tema propuesto no está
mal implementado. Se supone que los jugadores encarnan a dos modistas
que están realizando sendas colchas con el estilo que da nombre al
juego, el patchwork. Esto es, cogiendo retales de tela sobrantes y
cosiéndolos entre si. Los trozos de tela están en una reserva
general, y los jugadores los irán cogiendo según su coste en dos
factores: material y tiempo. El material está representado por la
cantidad de botones que hay que “pagar” para coger el retal (los
botones son como las monedas de este juego); y el tiempo que se tarda
en coser cada pieza representa el número de casillas que debe de
avanzar el jugador su peón en el tablero central, de forma que si
llega al final habrá agotado el tiempo total del que disponía para
terminar su colcha y la partida habrá terminado para él. Al coger
una pieza, la colocaremos en nuestro tablero individual (la colcha),
encajándola con las demás que hayamos colocado, formando un puzle
de tipo tetris, con la precaución de dejar la menor cantidad de
huecos posible, porque los espacios en blanco al final de la partida
nos restarán puntos (aunque para llenar los huecos podremos
ayudarnos de los parches que nos iremos encontrando a lo largo del
camino en el tablero central). Al final de la partida (cuando los dos
jugadores hayan llevado sus peones al final del contador de tiempo
del tablero central), contaremos los puntos obtenidos (en forma de
botones), restando dos puntos por cada hueco que hayamos dejado en
blanco, y el que más puntos haya obtenido será el ganador.
Esto es muy
resumido, pero a grandes rasgos así es el juego. Si queréis saber
cómo se juega con más detalle, no puedo menos que recomendaros el
siguiente video, del canal Games on Board, cuyo responsable,
Cristobal, fue el que muy amablemente me explicó por primera vez
este juego, durante unas jornadas organizadas en Wood Work.
Como digo, un juego
fácil de explicar, con unas mecánicas muy sencillas, pero que puede
llegar a suponer un reto cuando se intenta jugar bien: hay que ir
sopesando el precio de cada pieza en cuanto a botones y tiempo, el
número de botones que nos va a dar como bonus, y el tamaño y forma
de dicha pieza y su encaje con nuestro tablero, son múltiples
factores a tener en cuenta. Las partidas se pasan en un suspiro, el
juego es una preciosidad y es muy fácil de sacar a mesa porque
siempre apetece.
Inserto
Al igual que en la
entrada sobre Agricola, aquí os dejo algunas fotos del inserto de
cartón pluma que he diseñado para organizar el juego y que sea más
fácil de sacar y guardar. En esta ocasión, he incluido algunos
detalles de color con cartulinas, que me parece que le dan un
toquecito gracioso, en consonancia con la estética del juego.
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