Frikifashion

Es un fenómeno que se viene viendo desde hace algún tiempo: el apropiamiento que hacen las franquicias de moda de iconos del cómic o el cine. Debe ser que los directivos de estas empresas, muy avispados, cayeron en la cuenta de que el frikismo ya no es algo tan minoritario, y que hay un perfil de consumidor que gusta de llevar camisetas y demás prendas de ropa dedicadas a sus objetos de adoración.
Imagino que yo entro en la definición de libro de dicho perfil. La camiseta ha sido siempre mi prenda estrella, y más que un simple envoltorio para este cuerpo serrano que dios me ha dado, se ha convertido en un escaparate de mis gustos, el equivalente en la vida real de una firma de foro. Los conciertos a los que había asistido, los grupos que me gustaban, las películas que había visto o los personajes de cómic más destacados, todos tenían un hueco en mi pecho, en forma de grito al mundo: ¡Cuidadado, friki suelto! ¡Cambiénse de acera!
Pero como digo, la vida ha cambiado mucho. Ya no hace falta ser un bicho raro para lucir determinada simbología, ni recurrir a oscuras tiendas especializadas ni a la compra por internet. Mi camiseta de Spiderman la compré en Zara. Mis gallumbos de Los 4 Fantásticos, en H&M. Hace poco, en Pull&Bear tenían una serie de camisetas con carteles de películas de los 70 y 80, las cuales, en el colmo del descaro, estaban estudiadamente deterioradas, no sé si para dar la sensación de que el individuo en cuestión que las llevara las había comprado en su época (cuando la mayoría de clientes de esa tienda ni siquiera habían nacido cuando se estrenaron esas películas). Hoy mismo, en Springfield, he adquirido mis dos últimas camisetas, casualmente las dos relacionadas con Star Wars: una negra con la Estrella de la Muerte de El Retorno del Jedi en gris (mi sincero homenaje a todos los inocentes obreros que murieron en ella en el ataque rebelde - ver vídeo adjunto) y una con el dibujo promocional de Blue Harvest, la parodia de Padre de Familia (como la de la foto, pero en azul).