[CINE] Una historia de violencia

Un sencillo padre de familia en una pequeña comunidad rural de Estados Unidos ve alterada toda su vida cuando impide un atraco en el bar donde trabaja, matando a los dos atracadores. A partir de ese momento sus vecinos lo consideran un heroe y su aparición en la televisión sirve de reclamo para que por el pueblo aparezcan unos extraños personajes que aseguran que Tom (Viggo Mortensen) no es quien dice ser. Este es el atractivo arranque de Una historia de violencia, la última película de David Cronenberg, basada en una novela gráfica de John Wagner y Vince Locke y el pretexto que usa Cronenberg para plantearnos una reflexión sobre la violencia y cómo nos relacionamos con ella sobre todo basándose en la fascinación que ejerce. En este sentido tenemos dos personajes clave: el hijo de Tom, un adolescente que representa la tendencia que pueden tener los jóvenes a seguir el ejemplo paterno en la utilización de la violencia como forma de solucionar los conflictos; y la esposa, que rechaza la violencia pero que no puede evitar en cierto momento sentir una atracción primitiva hacia ella, culminando en una escena de sexo morboso, muy en la línea Cronenberg. Y en medio de ellos, Tom, un hombre que quiere aferrarse a su estilo de vida tranquilo y pacífico pero que se verá arrastrado por los acontecimientos.
La película es corta y se hace mucho más gracias al estupendo ritmo que le impone Cronenberg y a las buenas interpretaciones de los actores, con un correcto Mortensen y un par de pesos pesados como son Ed Harris y Willian Hurt. Como única pega, que esa brevedad en el metraje hace que hacia el final la película tenga que centrarse en el desenlace de la trama principal (que como digo considero más una excusa que un fin en si misma) pasando demasiado de puntillas por lo verdaderamente interesante del film, la resolución de las relaciones entre los personajes, resumida en una escena final breve y hermosa pero que deja con cierta sensación de falta.