Y nada, para celebrarlo y para hacerle unos cuantos kilómetros, mi mujer y yo nos hemos ido de fin de semana a Valencia, uno de nuestros destinos preferidos, ya que es una ciudad preciosa llena de cosas interesantes para ver.
De camino, y ya que pilla prácticamente de paso, paramos en Altea y aprovechamos para hacerles unas fotos al coche nuevo en el pueblo que le da nombre. Un pueblo muy bonito por cierto, sobre todo su parte antigua, con la iglesia y el mirador. En esta foto estoy yo, más ancho que alto junto a mi juguetito. Al fondo, la iglesia de Altea.


Ya el domingo, visita obligada a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. En concreto, al Oceanográfico, la única parte que nos quedaba por visitar. Es algo verdaderamente impresionante ya visto desde fuera, con esa espectacular arquitectura, pero desde dentro es mejor: un espacio muy bien acondicionado con un montón de especies repartidas en distintos hábitats, aunque la parte de los polos es bastante escueta.
En definitiva, un buen fin de semana, aunque algo cortito. El coche va estupendo y espero hacerle muchos viajes cuanto menos tan interesantes como este.
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